Bernat, jornalero

Domingo Marqués, Estudio de viejo, 1885, detalle del viejo.

El Bernat se toma la sopa y, habiéndose acabado el plato, se cena un mendrugo de pan seco. Sin tomate, ni aceite, ni sal. Luego busca el caliu de la chimenea sentado en el escón, donde se ponía la abuela Caterina cuando se dolía del reúma, y mira, como hacía ella, las llamas lentas del tió, el misterio de la lumbre miles de años después.

El sueño del Bernat

En el camino de vuelta a casa, se ha parado a coger unos espárragos y unas piñas piñoneras y, como no ha encontrado bonitas las flores del campo, se ha llevado unas ramitas de romero para su mujer. Hace días que la ve un tanto pachucha...

Las lentejas de la Immaculada

La Immaculada quiere y no quiere tener hijos. Si pierde la cuenta de las lentejas que lleva cribadas, quiere dos niños rubios y gordos como un pan de pagès. Si repara en el número de los granos podridos, no los quiere ni ver: ni a los...