
[...] la Eulàlia estaba entonces casada con el Manel de les Anxoves, el Manel que decían el Calçasses y que pasaba por un hombre bueno y esforzado, que es lo que era, amén de un pobre diablo, pues no dejaba de viajar dejándola a ella sola y triste en casa.
Parlamento de los pechos de la bella Eulàlia

De bien seguro, habréis oído hablar de los pechos de la bella Eulàlia… ¡Son célebres en el lugar! ¿Pero qué sabréis vosotros, ahora! Ahí, donde la véis, arrancaba fuego a las piedras que la veían pasar… y yo que, con mirarla, la recuerdo… ¡Benditos mis ojos y...
Diálogo del Cisco y en Fageda a propósito de na Celia al pasar
La lumbre del crepúsculo deja un sabor dulce sobre los tejados de la vieja Poderna y el Cisco, por no oír más a la mujer, se sienta en el escalón de la puerta de casa a fumarse un pitillo. De vez en cuando, si el humo del...