Aneta, gorda

Kanoldt, Halbakt II, 1926, detalle de la mujer.

Se llamaba Ana (Aneta) y no olvida la mañana que, yendo de camino a clase, se subió a su balcón de un respingo. Ella estaba dentro, cambiándose. Se había quitado el camisón de dormir y el Lluquet le pudo ver las bragas y el culo fofo, sin gracia. Luego se embargó mucho rato en la visión de sus muslos, que eran apretados en carnes y estaban sin ropa.

Diálogo de los borrachos o Las bragas de l'Aneta en el pensamiento

del taller. Desque no está en manos del viejo Umbert, salen cada día un poquito más tarde. Y el viejo Joan Pere, a poco que esté oscureciendo en la calle, se lleva al Lluc a tomar unos vinitos a sitios que él conoce bien. El muchacho no...

El Lluc y la luna larga

de la jornada laboral y se ha pasado todo el día sin ninguna gana de plegar. A última hora, cuando no le iban a decir nada por ponerse a pasar la escoba sobre el mucho serrín del suelo, ha cogido una silla vieja y ha comenzado a...

El Lluc y las ganas de l'Aneta

per'llò de l'altra dia. M'has de perdonar si vaig fe'una mica'l tanoca, dona. Prô pensa que volia trobar-te… I-I pot-potser que begués una mica massa, eh? No't pensis qu'és qualsevol cosa enfilar-se a la teva finestra, Aneta». Luego apura el vaso de un trago y mira a...