Y se mira su figura empobrecida. Es más pequeña, más enjuta y más frágil. Parece que vaya a quebrarse en un montoncito de huesos. Parece cerca de hundirse en una fosa sepulcral. Al Roc le causa horror el paño del hábito.
Vida del salvaje Roc IV
Las mujerucas, esta mañana, tuercen casi todas por la calle d'adroguers en busca de la umbría prometida. El julio es caluroso cerca del medio día y, si se aventuran por la callejuela aquella, aunque esté imposible por causa de las obras, se vuelven de seguro con una...
Vida del salvaje Roc I
Cada mañana, de camino a la cantera, el Roc baja el trecho embarrado d'adroguers. Pasa por calderers de mala gana y cruza frente a la ventana que da al patio de los naranjos. La ventana que da al patio de los naranjos está sin reja y suele...
L'Aldonça y la monja monstruosa
después de aquello. Ya no dormirá. Se sabe en cama ajena y en casa extraña, lejos del hogar materno. Escruta las sombras. Palpa el silencio. No se ve ni se oye nada. Ahora abunda la quietud de la noche en el interior de la celda, pero la...
Vida del salvaje Roc VIII
Finalmente, el salvaje Roc echa abajo la puerta, irrumpe en la celda y la toma en sus brazos:
—Prô quina follia és aquesta?!
Ella, una sombra pálida de la que fuera Caterina, tiembla de pasión.
—R-Roc? Eres tú?
Frente a ella, apenas queda nada del chaval que la pidiera a la...
L'Aldonça y el amor de los brutos
desnudos, sobre el musgo. Tiene unos dedos muy redonditos, como graciosos. Le da lástima ponerlos en la roca viva de la gruta. Está cubierta de una capita de baba fría, muy asquerosa. Debe de ser agua, pero no ves de dónde mana. Espera. Si das un paso...