Del salvaje Roc se decía que tomaba lo que quería cuando quería y que lo tomaba, si lo quería, a fuerza de cuchillo. Mataba. Mataba sin dudarlo y mataba porque quería matar.
Muerte del salvaje Roc
La cabeza de aquel hombre se le aparece a la hora de la cena. Mira el plato de sopa y la ve metida en su gavia, bruta y renegrida. Con los labios cosidos y la mirada perdida en el vacío. Con el cuello cortado y la carne...
Vida del salvaje Roc VII
Hay un rastro vivísimo de vísceras que lleva del vientre ensangrentado de la ermita a la hoguera. Los restos de la profanación están esparcidos por el suelo del descampado: patas de banco, pedazos del altar y pliegos de legajos que vuelan en la noche. El viento los...
Vida del salvaje Roc V
Antes había estado allí con una tal Carla, Camila o Carola. Lo recuerda bien, por las pecas en las tetas. Era de un rojo encendido y se ofrecía con gusto, la lengua muy jugosa y tierna fuera de la boca. Tuvieron que salir del local entre empujones...
Vida del salvaje Roc IV
Las mujerucas, esta mañana, tuercen casi todas por la calle d'adroguers en busca de la umbría prometida. El julio es caluroso cerca del medio día y, si se aventuran por la callejuela aquella, aunque esté imposible por causa de las obras, se vuelven de seguro con una...
Vida del salvaje Roc I
Cada mañana, de camino a la cantera, el Roc baja el trecho embarrado d'adroguers. Pasa por calderers de mala gana y cruza frente a la ventana que da al patio de los naranjos. La ventana que da al patio de los naranjos está sin reja y suele...
Vida del salvaje Roc II-III
Escondido entre unas matas de romero, el Roc acecha el sueño del Ros, que sestea lo mismo a media mañana que a media tarde porque es un ganso a cualquier hora del día. Poco más allá, que es a un lado del camino, el Ros ha dejado...
Vida del salvaje Roc VIII
Finalmente, el salvaje Roc echa abajo la puerta, irrumpe en la celda y la toma en sus brazos:
—Prô quina follia és aquesta?!
Ella, una sombra pálida de la que fuera Caterina, tiembla de pasión.
—R-Roc? Eres tú?
Frente a ella, apenas queda nada del chaval que la pidiera a la...
El bachiller Joan Pere y la cabeza del salvaje Roc
porque hay calles en Poderna que sólo llevan cuesta abajo, como la vida misma. El bachiller Joan Pere querría subir por la antigua portalada, en dirección al convento de las beguinas, pero sus pasos no son suyos. Camina pensando si es preciso llamar recuerdo a la sensación...