Fábula de don Tejón y el sindicato de los castores
Otra muy trazuda del maestro escuela
Baja don Tejón de la montaña con mucho apuro. Los osos de la madera se han vuelto a sus cuevas, a dormir todo un invierno, mientras las patas de las sillas del mundo se siguen combando y partiendo. ¡Menudo escándalo se iba a formar si se dejasen de producir unas patas nuevas! Don Tejón pregunta al viejo búho por los castores, que tienen nombre de leñadores, y la rapaz le indica en su rama que siga el curso del río «abaju, abaju, hasta lus huuumedales». Cae la tarde. Don Tejón se apresura entre los abetos, atento a la canción de las aguas. Si los castores se avienen a trabajarle con las nieves encima, salva la temporada. Está dispuesto a negociar un precio razonable. Por el oído, descubre la cercanía de la corriente y, por el olfato, reconoce el hogar de los leñadores. Don Tejón alza el hocico temeroso del cielo y descubre el misterio de un lucero en mitad de la noche.
Don Tejón
No puede ser!
Un castorcillo en remojo
Qué hay?
Don Tejón
La noche!
El mismo
Pues como cada día, buen tejón.
Don Tejón
Y los castores?
El mismo, más despierto
Todos ellos, dice?
Don Tejón
Sí, señor.
El castorcillo sacude la cola y rompe la sombra de los abedules en mil y una ondas. La comunidad de los leñadores acude al lugar, de inmediato. Don Tejón, contando incisivos a dos pares, se frota las patitas de delante.
Un castor
Mande.
Don Tejón
Necesito cuatro buenos troncos al día.
El mismo
Para qué?
Don Tejón
Mis negocios.
Otro castor
Eso es mucho.
Don Tejón
Yo lo pago.
Murmullo general.
Don Tejón
Doy diez bellotas la hora.
Más murmullo.
Don Tejón
Quién se aviene?
Un castor cualquiera
Quieto ahí!
Don Tejón
Doce.
Otro castor, al fondo
Pero qué dice!
Otro castor, más cerca
O todos o ninguno.
Don Tejón
Cómo?
Un castor distinto
Que vamos a una.
Otro castor
Que aquí no abrimos la boca por menos de veinte bellotas la hora, don Tejón.
Don Tejón
Veinte es mucho, señores… Casi la mitá de lo que cobra un oso!
El mismo, que podría ser otro
Y qué les paga, si se puede saber.
Don Tejón
Estaríamos hablando de cerca de cuarenta y cinco piezas por cabezota.
Más murmullo y algún que otro chapoteo de desaprobación.
Don Tejón
Señores, que son pardos!
Un castor más bien recio
Calma, calma.
Otro
A ver, a ver… Le hacemos el trabajo por veinticuatro bellotas la hora.
Don Tejón
Uf!
Otro cualquiera
Uf?
Don Tejón
Les doy quince.
El mismo
Que sean treinta, y no se hable más!
Don Tejón
Pues vaya negocio!
El mismo u otro distinto
Pues nada…
Otro cualquiera (en esta ocasión)
Pues pase usté una buena noche, don Tejón.
Don Tejón
Alto, alto. Vale. Que sean veinte.
Un castor distinto, puesto en pie
Veinticuatro, con una hora para la comida y media para la siesta.
Don Tejón
Qué hora ni qué media?!
Otro castor
Ocho por jornada, don Tejón.
Don Tejón
Cómo que ocho?
Otro castor
Ocho para dormir…
Don Tejón
Tanto?
Otro castor
Ocho para trabajar…
Don Tejón
Y?
Otro, que podría ser el mismo de antes
Y las otras ocho, para el solaz de los castores.
Don Tejón
También?
El mismo (sin duda)
Pues claro.
Don Tejón
No tanto, señor mío!
Otro castor
Mire usté que viene de antiguo…
Don Tejón
El qué?
El mismo
El gusto de los castores por el solaz. Acaso no se divierten ustedes, los tejones?
Don Tejón
Poco y mal, a lo que parece. Hay que mantener un bosque en pie, ya saben.
Un castor cualquiera
Entonces, qué?
Don Tejón
No sé, no sé. Me cobran mucho…
Murmullo de vocecillas.
Don Tejón
…y me trabajan menos que el oso pardo.
Un castor
Pero qué dice!
Otro castor
Le hacen más de ocho horas al día?
Don Tejón
De sol a sol!
Otro castor
Y para qué nos quiere a nosotros, entonces?
Don Tejón
Porque ha llegado el frío y se han ido a dormir.
Otro
Ocho horas?
Don Tejón
Todo un invierno!
Otro, más amable
No se apure usté, don Tejón. Nosotros le sacamos cuatro buenos troncos cada jornada por veinticuatro bellotas la hora.
Otro, al fondo
Con o sin corteza!
Otro, a su lado
Eso!
Don Tejón
Sin corteza, dicen?
Un castor, más cerca
Pues claro.
Un castor más bien orgulloso
Nosotros trabajamos bien la madera.
Otro cualquiera
Cosa fina!
Don Tejón
Está bien. Me hacen ustedes un favor, después de todo.
Un castor cualquiera
Está bien?
Don Tejón
Sí.
El mismo
Vale.
Otro castor
Hablemos entonces de las bajas laborales.
Don Tejón
El qué?
Otro castor
Y de la paga para después!
Don Tejón
Cómo?!
Un castor pasado de años
Y del retiro!
Otro castor anciano
Eso, que los castores viejos también gastamos gusto!
Don Tejón
Alto, alto. Qué me están pidiendo, ahora?
Un castor cualquiera
Las bajas!
Otro
El paro!
Un castor más bien hermoso
Calma, calma…
Don Tejón
Pero qué quieren? Que pague yo sus resfriados cuando se pasan todo el día en remojo?!
Un castorcillo
Pues sí.
Otro
Pues claro.
Otro distinto
Somos castores, no?
Don Tejón
Ya, ya. Pero yo sólo les pago por unos troncos, señores. No veo por qué tendría que ocuparme de su suerte…
Un castor cualquiera
Porque vamos a una.
Otro distinto
Porque aquí no abrimos la boca por menos de una certeza, don Tejón!
Don Tejón
Que sí, que ya. Pero comprendan, señores castores, que yo no me puedo responsabilizar de los elementos! Que son muchos y muy suyos!
Un castor preocupado
Y, si el viento me tira una rama encima, qué?
Don Tejón
Qué?
El mismo
Si me cae en una patita y me la rompe mientras estoy trabajando, qué?
Don Tejón
Mala pata, no?
Murmullo general.
Un castor, puesto delante
Está bien. Si sopla el viento, no se trabaja.
Don Tejón
Eh?
Un castor, en medio
Y si hiela, me resbalo, me caigo y me parto los dientes contra un piedrote?
Otro, a su lado
Eso!
Otro, en cualquier parte
Cómo trabaja un castor sin dientes?
Otro distinto
Ni sin pata!
El mismo de delante
Vale. Los días que hiele tampoco se trabaja.
Don Tejón
Cómo?!
Un castor cualquiera
Está bien. Tampoco saldremos cuando arrecie demasiado, no se nos vaya a constipar nadie, que nunca se sabe.
Otro distinto
Vale.
Don Tejón
No, no, no!
Un castor concienzudo
Que sí, don Tejón. Haga usté caso…
Otro
Que la humedad es muy traicionera, por aquí!
Don Tejón
No. Digo que eso no puede ser, que estamos a las puertas del lobo invierno y las patas de las sillas del mundo padecen muchísimo por estas fechas. Pago la tal baja… si es trabajando!
Un castor viejo
Y el retiro?
Don Tejón
Pero qué viejos?!
Otro cualquiera
Todos nosotros, tarde o temprano.
Enseñanza
Desta forma aprendió don Tejón que un sindicato de fábula es cosa mala para la producción en serie de las patas de las sillas del mundo y que los bosques, siendo uno tejón de cuna, pesan una barbaridad.