Égloga III
Noche cerrada, sudorosa y cálida.
Silvano y Gavilán en la penumbra
y de espaldas al mar, se van fijando
en las gentes que pasan de paseo
mientras esperan, con ansias, a Marco
recostados en hondas reflexiones.
GAVILÁN
Si hay que multar la contaminación
acústica, también la visual.
SILVANO
Tiene una órbita de canelones.
GAVILÁN
¡Arrg, sí! Y el michelín del omoplato.
Parece un saco de manteca.
SILVANO
No, mejor, una manga pastelera.
GAVILÁN
Anda, que la de atrás…
SILVANO
Anda, que la de atrás… Sí, le dijeron
que tiene buen perfil y quiso ser
toda perfiles.
GAVILÁN
toda perfiles. O se lo quedó
la morcilla de nata.
SILVANO
la morcilla de nata. ¡Y la vieja!
Se ha pintado hasta el blanco de los ojos.
¡Y esos rulos! Parece una peluca.
GAVILÁN
Deja ya de meterte con mi abuela.
SILVANO
Perdona, no sabía…
GAVILÁN
Perdona, no sabía… Mira qué eres
primo, ¡¿cómo va a ser esa mi abuela?!
¡Si se ha escapao de un circo!
SILVANO
¡Si se ha escapao de un circo! Qué marica…
¡Por ahí viene Marco! Ya era hora.
MARCO
¿Cómo están mis doncellas favoritas?
GAVILÁN
Bien, ¿qué has comprado?
MARCO
Bien, ¿qué has comprado? Yo también me alegro
de verte. Whisky, vodka y ron.
SILVANO
de verte. Whisky, vodka y ron. ¿Tendremos
bastante para todos?
MARCO
bastante para todos? Nemoroso
y Salicio no pueden acercarse.
Están cenando con las chicas, luego
irán a celebrar el cumpleaños
de Fauna, dicen que van al Calipso.
SILVANO
Yo prefiero el Arcadia (dame un vaso)
hay mejores ganados.
MARCO
hay mejores ganados. Hombre, yo
esperaba encontrarme con Varinia.
GAVILÁN
¡El que no corre vuela! Ya te la has…
MARCO
Pues todo iba sobre ruedas, pero
GAVILÁN
Si ya decía yo que era una estrecha.
MARCO
No es eso, al contrario, pero algo
GAVILÁN
Vamos, que la cagaste.
MARCO
Vamos, que la cagaste. Eso creo.
Pero no sé lo que fue. Escuchad.
Como yo le llevaba quince puntos…
SILVANO
Creo que me he perdido, ¿quince puntos?
MARCO
Claro, perdón, fuimos a echar unos bolos.
Como le estaba ganando de sobra,
empezó, con la escusa, a chincharme.
Cuando tenía que tirar venía
con dulzura y caricias, con tiernos
ruegos en mi antebrazo.
GAVILÁN
ruegos en mi antebrazo. Está claro,
si se las saben todas… ¿Pero entonces?
MARCO
Al terminar no quiso la revancha
y me pidió salir de aquel bullicio.
Andábamos erráticos, flotando
entre la gente, los neones, la
pinaza y las paredes encaladas,
nuestro reflejo en los escaparates,
chocos y boquerones en la brisa,
el chunda de la música, los niños,
el algodón de azúcar, los manojos
de bolsas como globos invertidos…
y en cierta esquina me tiró del brazo.
Se metió por las calles residenciales,
en el murmullo de brezos y arbustos,
tras el leve cendal de las cancelas.
Silvano se sumerge en la espesura
de los astros marinos, los amigos
intercambian sonrisas socarronas.
MARCO
Nuestros brazos, sumidos en la inercia,
se acechaban en leves y furtivos
roces y risas, pícaras cosquillas
y aquel cascabeleo de sus ojos.
Me enredé entre los frunces de su falda,
y en el vinilo de su espalda abierta.
Una espesa mirada de narcótico
me arrastró a los zarzales de sus muslos.
SILVANO
Un castillo de brumas en el puerto,
una noche de remos y galeras.
Una noche que zarpa entre las olas,
sus velas van cargadas de suspiros.
MARCO
Caían otoñales las veredas.
Llegamos sin saberlo a los caminos
de los acantilados y las calas.
"Para", me dijo. "Vamos al paseo."
"No", le dije. "Sigamos, va, sigamos.
Vamos abajo, a la Cala Fonda."
SILVANO
En el vientre del mar, orondo y ciego,
las anclas reman los corales negros.
MARCO
Se bufó, toda gata, toda espinas,
en sus ojos urgía una escapada.
Y entonces la llamaron por teléfono.
GAVILÁN
Y se jorobó el invento.
MARCO
Y se jorobó el invento. Eso es.
GAVILÁN
Bueno, muchachos, esta noche iremos
al Arcadia a olvidarnos de las penas.
MARCO
Pero Varinia…
GAVILÁN
Pero Varinia… Mejor dale tiempo.