Égloga VII
El verano arrebata los jardines
con su humedad plomiza y castradora,
unos largos jardines de cipreses
del chalet de los tíos de Silvano.
Las sombras del caviar y del champán
retozan al clamor del oropel,
y un banquete de cifras soberanas
(estatua griega y columnata blanca)
cubre la corte de perlas preñadas.
GAVILÁN
Pues no veas lo bien que se lo montan
algunos, ¡vaya choza!
LAURA
algunos, ¡vaya choza! No está mal…
GAVILÁN
¿A quién habrán matado pa tenerla?
SILVANO
Pues al antiguo dueño, me figuro.
SALICIO
Oye, ¿y a qué se dedica tu tío?
SILVANO
Es notario.
GAVILÁN
Es notario. ¡Ya ves! ¡¿Has visto, Marco?!
Si no tienes estudios no hay futuro…
MARCO
Yo voy a ser profesional del surf.
Ésos lo tienen montado mejor
que el tío de Silvano.
GAVILÁN
que el tío de Silvano. Otra vez
las tablas y las olas, ¡tú eres tonto!
SALICIO
Marco tiene razón.
GAVILÁN
Marco tiene razón. ¡Qué va a tener!
SALICIO
No digo por el surf.
GAVILÁN
No digo por el surf. ¡¿Entonces?!
SALICIO
No digo por el surf. ¡¿Entonces?! Digo
que eso de los estudios era antes.
Ahora tantos años de estudiar
pa terminar de esclavo friegaplatos
vete a saber en qué país de mierda
de sanguijuelas y negreros.
LAURA
de sanguijuelas y negreros. Eso
digo yo, para qué iba a estudiar
si todos trabajamos en la tienda…
GAVILÁN
Eso es en tu familia, los demás
tenemos que buscarnos las garrofas.
LAURA
A mí, plin.
GAVILÁN
A mí, plin. Ya lo sé, bonita, ya.
MARCO
Anda que si os oyera Nemoroso…
GAVILÁN
Vale. Tenéis razón. Hay que vivir,
no preocuparse de cómo vivirlo.
Llegan Varinia y Galatea, llegan
Nemoroso y Belona, que inspeccionan
con asombro la mesa y el proscenio.
NEMOROSO
Está visto que no somos iguales
ante la vida. ¡Mira qué jardines!
Se saludan, se dan besos plurales,
y a Salicio le dan veinte tirones.
En la puerta que va hacia la cocina
Galatea y Silvano se entrecomen
con un beso sin lindes ni pudores.
GALATEA
Silvano, ¿no te toca nada de esto?
SILVANO
A mí con que me dejen disfrutarlo…
BELONA
¿Qué ha preparado el chef para cenar?
MARCO
Como ves, pescaíto y pica pica.
Comienzan con desorden a cenar.
Todos beben y ríen animados
entre el ansia, la gula y la estridencia
del neón donde mueren los mosquitos.
VARINIA
Bueno, Salicio, ¿qué te han regalado?
SALICIO
Mis padres me han comprado las entradas.
MARCO
¿Para el concierto? ¿Y a quién llevarás?
SALICIO
A ti no, desde luego. Vendrá Laura.
MARCO
¡Pero si no le gusta!
LAURA
¡Pero si no le gusta! Voy por él.
A mí me da lo mismo uno u otro.
MARCO
Menudo desperdicio…
VARINIA
Menudo desperdicio… ¿No lo entiendes?
MARCO
¿Qué tengo que entender? ¿Ahora mola
tirar entradas?
VARINIA
tirar entradas? ¿Tú no me llevarías?
MARCO
Si no te gusta, no.
VARINIA
Si no te gusta, no. ¿Y si te digo
que lo que quiero es disfrutar contigo?
MARCO
Vaya bobada, si no lo disfrutas
por lo que es, mejor que vaya otro.
VARINIA
¡¿Tú no vendrías por acompañarme?!
MARCO
A un musical de los que a ti te gustan…
ni harto de calimocho.
SALICIO
ni harto de calimocho. ¡Serás burro!
Galatea se inclina hacia Silvano
y le sopla un susurro en el oído
mientras posa la mano en su regazo.
GALATEA
Silvano, yo quiero ser
molinera de tus trigos.
Silvano, quiero molerte
hasta que queden bien finos.
BELONA
Se ve que para algunos el amor
sólo es el sexo, nada de cariño,
y con cualquier persona, la primera.
MARCO
¿Y qué tendrá que ver aquí el cariño?
SALICIO
No te enteras de nada, hay que estar
a duras y maduras, Marco.
BELONA
a duras y maduras, Marco. Otro,
si está visto que aquí nadie se entera.
Galatea le vierte otro susurro
que le calienta el cuerpo y le congela
la mirada, con ansias de lavabo.
GALATEA
Vente conmigo al molino.
Anda, deja ya a esta gente
y verás como lo muelo
dentro en mi molino, vente.
BELONA
¿Y tú qué, Gavilán, no tienes nada?
GAVILÁN
¿Nada de qué? ¿De qué va el tema ahora?
BELONA
¿No ha caído ninguna en tus garras?
GAVILÁN
¡¿Qué garras ni qué garras?! ¡¿Qué me dices?!
BELONA
Chico, te hacía más espabilado…
¿Ninguna te ha robado el corazón…?
MARCO
¡Ja! ¡Vaya cosas! ¡¿Corazón?! ¡No tiene!
GAVILÁN
¡¿Tú qué dices, pedazo de animal?!
VARINIA
Cómo no va a tener… Pues como todos.
BELONA
Los hombres no sabéis qué es el amor.
Os basta con el sexo, y el deseo
os come las entrañas hasta el pecho,
os debe aprisionar el corazón.
Tal vez sea algún gen defectuoso.
MARCO
¿Y a qué viene este rollo de repente?
VARINIA
Tú mejor que te calles, ya has metido
las cuatro patas hasta el fondo hoy.
De todos modos, no hay que exagerar:
el sexo es importante… aunque hay más.
MARCO
Nadie ha dicho que no haya más que sexo.
BELONA
Marco, lo demostráis a cada poco.
Amar es compartir tu vida entera,
las comunes rutinas de pareja.
VARINIA
Yo no lo llamaría así… rutina…
Es vivir dentro del otro, crecer
mientras el otro crece.
MARCO
mientras el otro crece. Yo no sé…
Ya me parece suficiente el tiempo
que pasamos metidos en el cuerpo
de una madre.
SALICIO
de una madre. Mira que eres bestia.
MARCO
No me parece que pensar así
sea de bestias. Yo no busco amor
más allá de la vida, de la mía.
Cojo mi ola y si coincidimos…
GAVILÁN
Otra vez con lo mismo, ¿sólo tienes
el surf en la cabeza?
MARCO
el surf en la cabeza? No quería
decir eso, tan sólo era una forma
de explicar una idea complicada.
GAVILÁN
¿Una metáfora?
MARCO
¿Una metáfora? No, eso no.
GAVILÁN
Que sí… ME-TÁ-FO-RA.
MARCO
Que sí… ME-TÁ-FO-RA. No te me pongas
pelmazo, que me olvido del meollo.
GALATEA
Yo te he entendido, Marco. El amor
no es una cosa de cuento de hadas.
BELONA
¿Y quién ha dicho eso? Sentimientos.
Un cuenco lleno de sentimientos,
el agua que llevamos dentro el agua
que si no se vacía no se puede
rellenar con el agua del amor.
GALATEA
¡Cuencos! ¡¿Qué estás hablando de cuencos?!
Cuando se tiene sed, se bebe y ya.
SALICIO
Pues yo creo que entiendo lo del agua…
Es una cosa universal que todos
tenemos y sentimos, y aún más.
El amor es la perfección de los lazos sociales.
MARCO
Ya nos estamos yendo por los cerros…
SALICIO
No. Nosotros tenemos varias formas
de establecer conexiones humanas.
Es la más pura de las conexiones.
NEMOROSO
Habláis de amor y no puedo entenderlo.
Yo veo el miedo y la pobreza en cada
cubo en cada container en el gancho
de remover basura de los negros.
Perdonad si me embalo, me supera…
Me duele el hombre, me duele el señor
que reparte panfletos por las casas.
Tiene unos ojos diminutos y una
panza de oficinista prolongada.
Se me han quedado a fuego sus ojillos,
le lloran miedo cada vez que mira.
Tiene un peso en el rostro, y unas manos
que parece que gritan ¡HIPOTECA!
Yo no puedo pensar en el amor.
No puedo comprender ese amor vuestro,
no tengo cuerpo ahora para eso.
Yo pienso en lazos gordos, pienso en sogas.
Pienso en guirnaldas para las farolas.
Las sillas del jardín, y las hamacas,
el llanto castrador del berberecho,
las azuladas branquias de Neptuno.
El llanto de los pulpos y el lamento
universal del calamar a la
romana, soñador y melancólico.
El vino y el sifón, la gaseosa.
Refrescos de limón y coca-cola.
La cerveza importada y la que no
y los vasos de plástico en la bolsa
de basura. Los platos de cartón
y los cubiertos más baratos y
el cenicero lleno de colillas.
Los palillos clavados en la fruta
y el crujir de los grillos en la tapia.
GAVILÁN
Menuda ventolera que le ha dado.
¿Y qué haces? Nada. Si acaso, dolerte.
Y a quien le duela su dolor, y tal.
Mucho dolor y poca vida, macho.
BELONA
Eso es verdad, por mucho que te quejes
o te preocupes, nada arreglarás.
MARCO
Yo sólo pienso en mí, que demasiado
tengo con eso; cada cual, su suerte.
GALATEA
¡¿Queréis dejarlo de una vez en paz?!
Nemoroso se oculta en su silencio
y su silencio duro se propaga
devorando los límites del hule.
MARCO
¡Vamos a desnudarnos! ¡A la playa!