Égloga X
Fue Gutemberg ayer, Faraday será tierra.
Novísima égloga, Ernesto Barroso.
Baja con todo su caudal la pena
sobre la cara gacha de Varinia,
se recuesta sobre los rostros de los otros,
recostados a orillas de su llanto.
Aporrean y llaman a las puertas
de la corriente, otras, otras penas,
mezclándose en sus leves ondas, otras
tristezas y lamentos, otras, otras.
De los ojos le cuelgan largas ovas,
goteando verdín en sus mejillas.
Un trasiego de ovas empapadas
con su rostro verdoso y adherido.
Un agua de alfileres y estropajos
canta angustias de amor en su garganta,
tuerce angustias de amor entre sus carnes,
tuerce hipos y ahogos encharcados.
De pronto callan móviles y dedos,
callan voces y pasos, callan ellos.
ENFERMERA
Familiares de Marco…
VARINIA Yo, su novia.
ENFERMERA
Lo siento mucho, sólo familiares.
Se le queda un silencio atravesado
en el pecho, en medio de su pecho,
frío y callado, de vidrio en silencio.
VARINIA
¡Quiero verlo! ¡Oídme! ¡Quiero verlo!
Nadie dirá que ya no es mío, ¡nadie!,
más que su cuerpo ya sin vida.
NEMOROSO Pobre…
Anda, Silvano, ve a ver si le dejan…
VARINIA
Ya se pueden desaguar mares y océanos…
Mi dulce Marco, que flotando tibio,
atrapado en las zarzas submarinas,
mi amor de siempre, yo ya soy tu olvido.
SILVANO
Nada, sólo los padres o su esposa.
VARINIA
¡¿Y yo qué soy, eh?! ¡Yo soy su mujer!
Tengo doscientas sogas y mil cabos
atados a su cuerpo sin latido.
Soy suya a todas horas, soy su sombra,
tengo su estrella muerta cada día.
GALATEA
Llevémosla a olvidar. Que le dé el aire.
La llevan abrazada y recogida
fuera del hospital, hacia la playa.
GALATEA
Ven, Varinia. Acércate, cariño.
VARINIA
¡Dejadme de una vez, dejadme todos!
Dejad que caiga como él cayó.
¡Soy sola! ¡Soy la viuda de las rocas!
¡Ya soy la caja hueca del armario!
CORO DE BARCAS 1
En la mar, mi niña,
habré de quedarme,
sin que venga nunca
a buscarme nadie.
VARINIA
Ya habrán palidecido tus pupilas
y yo habré muerto en ellas para siempre.
Espejo de mi amor, yo fui tus niñas,
y ahora sólo espejo de tu muerte.
CORO DE BARCAS 2
A la mar, mi esposo,
las olas, la mar.
Me ahogaré de pena,
que no sé nadar.
VARINIA
Devuélveme mis lágrimas de antes,
devuélveme mis lágrimas vertidas,
que tengo ya desierto en las mejillas
y me queda una vida de llorarte.
CORO DE BARCAS 1
En la mar, mi niña,
habré de quedarme,
sin que venga nunca
a buscarme nadie.
VARINIA
Tengo prohibidos los caminos, todos
los caminos del mundo, cada senda
cruza la faz dormida de tus hombros,
me tienta a perseguirte al fin, me tienta.
Ya se me va tu ayer de entre los labios.
No me arranques tu ayer de golondrina
ni tus besos de ansiada primavera:
los despedaza el hoy y los olvida.
CORO DE BARCAS 2
A la mar, mi esposo,
las olas, la mar.
Me ahogaré de pena,
que no sé nadar.
VARINIA
No queda más que mundo ya en mi pecho
y es mi llanto sirena sin escamas.
No me naufragues a tu amor sin torso,
a tu cumbre de hienas y de acero.
CORO DE BARCAS 2
Me ahogaré de pena,
que no sé nadar.
VARINIA
Vendrá el reloj a recordarme siempre
que todo es duna y tiempo, tiempo y duna,
Hay un cuerpo flotando a la deriva.
Vedlo, porque es el mío que te busca.
CORO DE BARCAS 1
A la mar, mi esposo,
las olas, la mar.
VARINIA
La marea de horas ya me acecha.
Son tantas y tan largas, son tantas.
Ya se marcha el crucero por la línea.
Adiós. Adiós con mi alma sin vida.
Ninguno osa acercarse a la viuda,
sólo acude la plácida embestida
del mar a sus tobillos, a su oído;
del mar en su memoria, y su sangre
gimiendo "Marco…" por toda la orilla.