Correspondencias y otros mitos

Albada

Y gime con insidia, tan feroz,

la hora concertada de a diario.

Alzaos, mi amor,

Lo busca el chico (ciego), y bosteza

la muchacha saliendo de la cama.

que llega el alba.

Coge el batín, lo anuda a su cintura

cubriendo su desnudo y la esperanza

Alzaos, mi amor,

de repetir en breve espacio aquello

(suspira) que duró otro breve espacio.

que llega el alba.

A la luz de las sombras, lentamente,

iza una media, dulce y rutinaria.

Alzaos, mi amor,

"La claridad ya cruza la persiana,

levanta de una vez y haz el café."

que llega el alba.

"Vida mía, no quiero levantarme,

el suelo está tan frío… no es la hora…

Alzaos, mi amor,

Ésa es la claridad de las farolas.

Anda, vida mía, vente a la cama."

que llega el alba.

"Levanta que ya pinchas con la barba

y eso sólo significa una cosa.

Alzaos, mi amor,

Y volverme a meter para tan poco…

tus besos son muy breves, vida mía."

que llega el alba.

"¡Espabila! ¡¿Has visto qué hora es?!"

y ruge las persianas. El muchacho

Alzaos, mi amor,

se retuerce debajo de las mantas

mientras la chica doma sus cabellos.

despunta el alba.