En los bosques y peñas de Corcó
En los bosques y peñas de Corcó,
en el arrullo verde de su fronda,
follamos levantando a cada rato
la cabeza, por miedo a que nos vieran.
La afanosa bajada por la roca
aferrando las manos en los troncos
o apoyando el descenso en las raíces
como si fuera la última vez.
Cuántas últimas veces recorrimos
la garganta del monte hasta la sombra
que hicimos nuestra hasta quedarnos secos.
Cuando asomaba el vértigo en tus ojos
acallabas el cauce de los ríos
y la débil caída de la lluvia.
De tu boca salía un bosque entero
de murmullos y trinos, de rumores
sin norte ni caminos ni retorno
y quisimos volver y no pudimos.