No son como el coral, como la rosa
A Alba
No son como el coral, como la rosa,
tus labios, tus mejillas; no es tu frente
nevado espejo, nieve reluciente.
Si oscureció el sol, no es desdeñosa
tu melena castaña, ni ambiciosa
suena al pasar tu planta sin simiente;
y te prefiero así, tan sonriente,
mi alegre cascabel, mi tierna esposa.
Quien dijo venablos o lagunas
y se dejó anegar entre saetas
no cabalgó en tu lecho de batalla;
por eso tanto llorar, por eso calla,
por eso son sus rimas importunas,
porque no hay en mi amor trucos o tretas.