Grafiti

La cabeza de G

Por un endecasílabo siquiera,

uno más, subirías por la escala

que te llevó a la cama, noramala,

y te ha traído a la penosa espera.

Ansías una lágrima que hiera

tu corazón de nuevo en esta sala

y esparza por doquier de amor el ala,

y esparza tu tristeza en toda fiera.

Sin nada que perder en la alborada,

entraste en la batalla sin tu casco

y así vino a caerte aquel peñasco.

No lamentas tu negra suerte en liza,

y un verso más para tu dulce amada,

el último, derramas allá en Niza.