Moledo solo

CANTO DEL CISNE

Mulop no espera nada en una larga noche de Van Gogh,

no espera nada.

Contempla ríos de estrellas sin nombre,

estrellas bocarriba y un cielo que da voces,

no espera nada.

Contempla constelaciones de móviles, miríadas de móviles que pantallas absortas

observando incansables fauna sin precedentes y noche de Van Gogh.

Mulop contempla porque entiende ya

los monigotes sucios, los pastores de datos

y Adam Smith en el heno polvoriento.

Contempla todo el humo de Moledo y las chozas de la impaciencia, los altares negros

de Nasdaq y el silencio de payeses,

no espera nada.

Respira en una noche de Van Gogh las curvas incansables de Nihil

y el dolor puntiagudo del sílex y las fosas comunes de ignorancia,

no espera nada.

No espera nada por los arcos huecos del sollozo de Malla,

nada por el desahucio perdido de sus tierras, la angustia de María,

el derrumbarse sordo de su torre,

no espera nada dentro de los bucles incansables del Cero.

Mulop no espera nada desa noche al óleo y en las cuentas de Shanghai, en los pozos de leyes,

no espera nada en los versos de Hölderlin, en los barcos de Ulises, en el vigor de Seiku,

nada en la inteligencia de Roser, no espera en el ardor de Schopenhauer,

en el asombro de Novalis nada,

no espera en las estrellas ni en las llamas

de Espronceda.

Contempla en un océano de noche azul de Prusia, y en las estrellas,

caminos de cipreses que no acaban, caminos de Pablito echo un ovillo

en su cama,

caminos de en Moledo estamos todos y no nos marcharemos.

Mulop contempla aquella noche azul de Prusia de Van Gogh

recortando el menhir de su desdicha y las estrellas.

No espera nada.