CERO
Mulop contempla su menhir plantado en los recién inaugurados campos
de Moledo.
Ha escarbado en la piedra sin saberlo un río para Nasdaq,
ha escarbado las normas para Nasdaq y la función en blanco de la hoja de cálculo.
Ha grabado en la roca neolítica la estirpe de los feudos, las raíces del feudo y los vasallos,
ha grabado el silencio de payeses y la angustia del Palo Bubónico en los jóvenes,
el duro vuelo en las horas insomnes, en las horas de Nasdaq.
Ha supurado en el granito el rostro de Malla bajo el cielo románico de Nasdaq,
bajo el rostro de Seiku emigrado en un sueño, bajo el rostro de Hölderlin hambriento
de tumbas.
Mulop contempla ya Moledo en los payeses, Moledo entre los cantos
desiertos de la tribu.
Ha visto ya Moledo y la pernada de Nasdaq en los campos,
la maquinaria pesada de Nasdaq,
ha visto
Nasdaq tejiendo wifi en los rincones de la intimidad,
ha visto
Nasdaq The Loveless engullendo sin freno metadatos
comprando metadatos de los niños que vagan huérfanos por Youtube
Nasdaq comprando déficit
y su polla de cálculo desgarrando las ruinas de Petrarca
o Nasdaq que se enjuga la punta de la polla con la venda
de la justicia.
Nasdaq mientras el hombre culpa al hombre
y las mujeres vagan sin boca dando gritos de humildad,
cantando gritos en sangre sin voz,
cantando gritos en cueros en sangre
y Atares
cantando en gritos y Alicia en cabellos, Mulop ya las ha visto,
las ha oído sin boca, las ha escarbado en sangre,
las ha vagado en sangre por la roca.
Nasdaq engulle el tiempo mientras Mulop le ruega al Cero,
le ruega al Cero entre piedras y lodos
entre campos de celdas en blanco y el silencio de payeses de toda la tribu sin hoguera,
mientras le ruega en sus vísceras secas un interés a tipo fijo para su roca milenaria.