CANTO XXVIII
Un paraíso nuevo cada día
porque “Noticia de última hora: el esforzarse
no da frutos a todos.” Y bajo las arcadas,
tras las tapias, el Palo Bubónico contagia
sobre todo a los jóvenes que temen, más que nada
el sudor y la fiebre del trabajo sin sueldo.
Ricolf y Gangalot asomados al borde
del carro,
sus brazos como almohadas, sus ojos como piedras
en el camino.
Gandolf lleva las riendas de la rabia de todos.
Porque tan jóvenes y tan brillantes
el mundo los espera para siempre.
Han entendido el rostro del desahucio,
la cara del despido a los cincuenta,
las raíces tan gruesas del sofá
y el vasto Tártaro del padre sin
trabajo.
Porque él tiene que asir la iniciativa
del padre hundido,
llevar el grano y asumir la deuda
de la familia,
pero ya va mascando un tablero distinto
con dados de youtuber, cuesta abajo y sin frenos.