CANTO XLII
Si algun dia us diguessen que han matat la Mort
no pregunteu, amics, qui és que ho ha fet.
Serà un pare. Serà un pare o una mare.
Vicent Andrés Estellés
La furgoneta blanca del reparto
de huevos y viandas, bebidas a granel,
ha parado en la acera como siempre,
pero no está Manolo como siempre,
son dos muchachos nuevos, muy simpáticos.
Malla muere la noche y muere el día,
muere su insomnio en una zanja,
de horas y días sin sus hijos muere,
la ruina de su sangre en una zanja
y María en la brecha del silencio,
en rendijas mordidas de vacío,
angustia de cabellos por su cara
y quemazón de fe por todo el cuerpo,
descampado y matojos oxidados.
Los invitan a entrar, a coger chuches
al interior de la zona de carga.
Entra Sergio y cierran el portón,
Pablito no se mueve mientras ve
cómo se va el vehículo de allí.
Y va corriendo a casa de su amigo,
corre a decírselo a sus padres, llama
y lo explica a sus padres: se han llevado
al Sergio.