VINT-I-QUATRE
Fou bilis transparent, lluïa clara en el rostre de Freud com un relleu de lluna miasmàtica i mefítica, com si la veu se li hagués tornat una cremor de líquid que arrossega l’asprivor de la gola amunt i enfora, la seva veu vessada en el replà, encara...
VINT-I-TRES
L'Ausiàs s'havia vestit de gala per anar al sanatori. El director el rebé i li demanà qui volia veure. No vull veure ningú, vull que l'alliberi. A qui, si es pot saber? El Marquès. Aquell llibertí? Impossible, és un boig perillós. Qui ho diu, que és foll...
VINT-I-DOS
S'ha acabat el gasoil. Tota la planícia cremada coberta de cendra i coberta d'un tel de neu i de glaç, tota la terra una extensió sense límits ni recer escampada de restes de cases esfondrades. Li tremolen els dits. Pensa aquella història que explicava l'avi d'un soldat...
VINT-I-U
Va deixar anar, després de quatre arcades que el vinclaren cap als graons, unes gotes de bilis i un fil de baba brillant, calent i pengívol, que oscil·lava pesarosament com un pèndol i que no va treure's amb la màniga fins no va tenir prou forces per...
DINOU
Hi havia l’escamot de l’Ausiàs, a banda i banda de la porta del mas, els bastoners al complet, com un grup de criats que reben els convidats i guarden la casa. Duien els seus bastons a una mà i els colpejaven rítmicament contra el palmell de l’altra...
TRES
Va entomar, frenètic, esbufegant de ràbia, la Rambla Caganell fins arribar als Quatre Bancs. Va parar perquè no sabia a on anava, una altra vegada, i va veure el rellotge que li deien atòmic, a dalt de la caseta metàl·lica buida. Li va explicar el seu oncle...
DEU
Al taulell de recepció li van tornar el seu mòbil i l'anorak vermell del Ferran. Portava l'entrecuix dels pantalons amagat endins, cosa que el feia caminar com un refugiat de passarel·la i en agafar la peça d'abric se la va cordar fins dalt de tot i va...
U
La mare, l’eterna mare cridant com una Níobe qualsevol i un cop de porta que ho va eixordar tot, que va callar, de cop, la seva fisonomia tràgica. No podia sentir-la més, com un llop escales avall, com un gos, les escales fosques avall de tota la...
TRETZE
Va restar en aquella posició, ajupit i recolzat contra la paret del safareig uns instants més per tal de comprovar l'estroncament total dels sorolls. Quan el volum de la sang va assolir tota l'amplada de les oïdes esbaldregant les parets interiors des del cervell, quan la vista...
Libro de fábulas del maestro Miguelillo
Diálogos compuestos según el consejo del muy moledano poeta Pablo Sánchez Silva.
Fábula de la ardilla roja que no podía pagar
Es esta la fábula de la ardillita roja que, estando dormida, se desvela y decide que se va de casa porque no puede dormir más. Es la madrugada de otras noches, así que la ardillita roja...
Fábula de la hormiga y los sapos de la audiencia
En el reloj de la audiencia, a media mañana, pegan unos rayitos de sol muy buenos que dan mucho gusto y no poco sueño a quien los mira. La hormiguita, obrera de nacimiento, acude a su cita a la hora en punto...
Fábula del gato garduño que no quería trabajar
Es esta la fábula del gato garduño que se pasa las mañanas al sol, hecho un ovillo. No quiere trabajar por nada del mundo y esto, en el barrio, lo saben todas las palomas, por eso, cuando la urraca...
Fábula de don Tejón y el sindicato de los castores
Baja don Tejón de la montaña con mucho apuro. Los osos de la madera se han vuelto a sus cuevas, a dormir todo un invierno, mientras las patas de las sillas del mundo se siguen combando y partiendo. ¡Menudo escándalo se iba...
Muerte del viejo del guardacantón
Hace días que el viejo no está en el guardacantón. Después de muchos años, la esquina está vacía. Diría que sola. L'Aleix piensa, al pasar por su lado, que el viejo estará metido en su cama, tapado con mantas y con algo de fiebre. Le imagina una...
Historia del viejo del guardacantón II-V

Durmieron. La vaca les permitió soñar hasta bien entrada la mañana. El gallo, no. El gallo era estúpido y cantó lo suyo al rayar el nuevo día. Hiltrud se levantó de inmediato. Dijo algo que tenía que ver con el pequeño Hilventur y dejó de ser...
Historia del viejo del guardacantón II-VIII
Bonaventura se levantó del catre y siguió a la Griteta hasta el dormitorio de su madre. Hiltrud estaba tumbada de costado sobre la cama de matrimonio y las sábanas y el colchón estaban manchados de sangre. Bonatrud lloraba en su cuna porque Hilventur lloraba en el suelo...
Historia del viejo del guardacantón II-VII

Hiltrud le tenía dicho, y con razón, que era un pésimo comerciante. Lo estuvo reflexionando durante varios días: si le daba un hijo a la señora querida de todos, iban a pagarle unos buenos dineros por unos pocos minutos de su tiempo. Desde luego que ganaría...
En Manelet, el curiós
En Manelet se’n va anar
als camps aquells on sembren
les sembradores del cérvol
un matí de primavera.
Ningú no gosava anar-hi
quan marxaven en filera:
“A sembrar només hi anem
les que’ns estem per casar.
Després vindran els mascles
i la terra els donarà.
Amb les banyes d’aquest cérvol
que la terra j’ha solcat;
amb les...
El forn de les bruixes

Era el forn de Sant Vicenç|allà al costat de la plaça.
Feien els millors croissants,|que millors no’ls fan a França.
A Mollet tots ho sabien,|a Mollet i a les contrades,
prò Forn de Sant Vicenç|la gent no l’anomenava.
Li’n deien Forn de les Bruixes|en honor de les germanes
que servien aquells dolços|i...
Els bandolers de Gallecs

Tres germans foren, tres,|tres germans de pagès,
Tres germans que sabien|llaurar camps de Gallecs,
plantar blat i collir-lo,|i poca cosa més.
Un dia el seu bon pare,|un bon dia els digué:
“Poseu el blat al carro|porteu-lo a Granollers,
dueu-lo a la Porxada|pel deute satisfer.”
Varen matar dos homes|a l’entrada del Mogent.
Al mercat no...
L'herald de la Garriga
No era l’herald més ràpid,| l’herald de la Garriga,
prò era sabut dels nobles| que al Vallès no hi havia
missatger més fiable| ni amb més gallardia.
Les dames dels senyors| en sabien les mides
i li feien l’ullet| i, fins i tot, carícies.
Un senyor molt gelós| de la seva bonhomia
va...
La puta Pura
oooh, és prou freda». «Passa de Tots Sants, fill meu». «Vés… vés amb compte» y la Pura le lava los huevos. A decir verdad, el agua de la palangana está helada. La propia habitación lo está. «Llestos», le suelta cuando acaba las abluciones, y comienza a quitarse...
El largo invierno del doctor Morros
Gotas de lluvia en el cristal de la ventana. El doctor Morros hace un rato que no lee. Sigue meditabundo. Le duele la res publica que a todos concierne. Mira las llamas de la hoguera en mitad de la plaza y se vuelve a cuestionar sus pasos...
El Joanet sin sueño
El Joanet no puede dormir. Hace rato que piensa que debería distraerse pensando en cualquier cosa, por dormirse, pero la verdá es que no tiene nada en qué pensar y, como no duerme, piensa que no duerme y, pensando que no duerme, no duerme. Es más, se...
Diálogo de los borrachos o Las bragas de l'Aneta en el pensamiento
del taller. Desque no está en manos del viejo Umbert, salen cada día un poquito más tarde. Y el viejo Joan Pere, a poco que esté oscureciendo en la calle, se lleva al Lluc a tomar unos vinitos a sitios que él conoce bien. El muchacho no...
El crimen de J
Los vecinos ya podan sus jardines como cualquier domingo.
No te habrán visto llegar a deshora
ni llevar hasta el sótano aquel bulto de lienzos
del maletero.
Ellos podan el césped bien temprano,
podan bien raso.
El barrio huele a brizna, todo el barrio bien raso,
mientras tú has terminado ya en el sótano.
La...
Las llagas de J
Y por la herida abierta de tu voz
no hay respuesta y te pierdes temeroso
un laberinto recto de silencio
como un humo que palpa la pared.
Gimes un canto a nadie
tal vez a nadie
y la vida te pasa por encima
indiferente
te pasa por encima con su noche de llagas y...
La ballena de J
Don Jota, Erre, Jota, ballenero
recorre la cubierta caoba, su despacho,
aspirando la brisa, tan pura, tan salobre.
Las olas se desmayan a su paso
y él, con el oleaje, se desmaya.
Atrás dejó las flores, los jardines,
hoy sólo son lejanos recuerdos infantiles.
Ya...
A N, con nostalgia
he encontrado unas palabras
tuyas en unos poemas de Pessoa
las he borrado sin leerlas casi
era un libro de mi padre
sé que no le gustaban las anotaciones
recuerdo cuándo las escribiste
también sé que no te importaría
tú tal vez me entendías
también encuentro mi caligrafía
torpe entre otros versos
jugábamos a los intelectuales
o...
CANTO V
Entre las zarzas descubren la muda
de la culebra, la más grande que ellos
hayan visto. La cuelgan en las ramas
como un trofeo, sacan dos tochanas
que colocan fingiendo ser dos postes,
luego fingen la tierra hierba, luego
fingen una barrera. Chutan faltas.
Sólo recuerda...
CANTO XLIII
Y por sus venas corre
una sangre tan roja
que tardará semanas
en derramarse toda.
Atares vuelve a casa con un jarro de besos
y el murmullo del agua.
Vuelve a casa en palabras que anochecen el Duero,
palabras de su Joan
que arrastran el invierno
a un febrero cálido de flores y de sueños.
Vuelve...
CANTO XXXVIII
Águilas como Nasdaq por los cielos tan azules, tan tristes, de Moledo.
Águilas, o el Abad de Sant Cugat que se folla sus tierras,
su santa polla y su pernada enorme,
le picotea el pecho de sus tierras, las tierras de su padre, el pecho de su abuelo,
la labranza gastada...
CANTO XIV
Cualquiera que pasee por Moledo
podrá oler el rebuzno torrefacto
por sus parques vencidos y sus ramblas grises.
¡Oh, Moledo trufado
de las bocinas negras del cáncer en la plaza!
¡Pletórico Moledo! Tú que has visto
las infecundas cosechas de ofertas
y el silencioso gas de...
Égloga I
El jocoso charlar de dos muchachos,
entretenidos junto al MARE NOSTRUM
en lanzar faunos estridentes, crispa
la crecida marea de burgueses
respetables, su triunfo de almidón.
Sentados en la orilla se solazan
con el fluir de los blancos rebaños
de bolsas y compresas, con la brisa
que pellizca sus pies entumecidos.
Una salva de aplausos y...
Égloga IX
Sobre los farallones de la cala
Varinia y Marco admiran los vergeles
submarinos, de erizos negros, de algas,
castillos de corales de Neptuno
y criptas de cangrejos ermitaños.
En la orilla, Silvano y Gavilán
juegan a palas monótonamente.
Sobre la arena pace Galatea,
labrándose un moreno que no llega.
MARCO
Fíjate en esa bola roja y...
Égloga VI
BELONA
Tú me subías la falda como nadie.
Tú entrabas por mis muslos como un ave,
ligero y firme, con un vuelo suave.
Belona, con rumor de caracola,
se repite estos versos sin aliento;
paseando, despacio, por la costa.
A veces, cuando calla, se detiene
a mirar cómo el mar borra sus pasos.
Égloga IV
Sentadas en un banco frente al puerto
Galatea y Belona, va creciendo
el zócalo violeta de la tarde.
Charlando esperan a Varinia, dan
profundos lametones al helado.
GALATEA
¿Cómo fue por la Loba del Imperio?
BELONA
¿No te molesta tener que ir allí
para cualquier papel, cualquier gestión?
GALATEA
Si te dan el trabajo te...
Romance imposible
Me dijiste en tu vernácula
tristes palabras de hiedra;
tristes, colgadas del muro
en tu vernácula lengua.
En aquel tiempo no pude
grabar en aquella piedra
algo más que nuestros nombres
durante la larga espera.
Hoy podrían ocurrírseme
—los años, la experiencia—
palabras, frases o...
En los bosques y peñas de Corcó
En los bosques y peñas de Corcó,
en el arrullo verde de su fronda,
follamos levantando a cada rato
la cabeza, por miedo a que nos vieran.
La afanosa bajada por la roca
aferrando las manos en los troncos
o apoyando el descenso en las...
Los ávidos
Yo los he visto sucumbir a veces
en tus lánguidos brazos como un verso
al amparo de saberse tuyos.
Mueren sus días por llevarte dentro,
mueren sus noches por que les ofrezcas
el dulce fruto de tu carne abierto.
No conocen el último bocado
3
Nueva entrega de la colaboración especial entre los maestros de lo fantástico J. J. Plans (Gijón, 1943), periodista, escritor y presentador de radio, y J. Boix (Badalona, 1945), artista polifacético, autor de las historias Penny (1975), La cautiva de Zork (1976) y La boda de Monique...
1
Bajo un cielo de grises y azules, densos, apretados, la masa boscosa se estremece apenas ante la presencia de la tormenta (a lo lejos); por entre la verdura, muy espesa, serpea un camino de tierra y piedras: un único vehículo circula por él, lentamente, por causa...
5
Número 30. Mensual. 125 PTS. La pintura (casi fotografía) de la hembra ocupa todo el alto de la portada. Aparece de frente, de tres cuartos, vestida con un corsé y unas braguitas no mucho más blancos que la piel de su cuello, hombros o pecho. No...
4
Le da los números de octubre-noviembre del 79 (los deja en la cama) y busca entre los vinilos de la estantería — más de cuarenta. Está todo Metallica: del Kill'em all al black álbum; está Maiden, Testament y las Peel Sessions de Napalm Death.
—¿Te ha molado?
Hace que...
Llibre dels homes

Edición castellana del «De Omine o Llibre dit dels homes», Poderna, Josep R., sine nomine et sine die, a cargo de Ernesto Barroso.
El llibertí i la nimfa
console-moi, je t'en prie, en m'enculant, de l'obligation où je suis de sodomiser cette vieille vache. Eugénie, fais-moi baiser ton beau derrière, pendant que je fous celui de ta maman, et vous, madame, approchez le vôtre, que je le manie… que je le socratise… Il faut...
El gorg d'en Pèlach (on no hi passa la llum)

a la otra noche, cuando se supo a solas con su sobrina por las soledades aquellas, tan extensas, tan sin nadie, se le atravesó un mal pensamiento en la sesera. Su señora esposa le había dejado dicho que salieran al alba, con la fresca, hacia una aldehuela...
La font del dimoni

esde siempre, había sido muy aficionado a las cosas pequeñas, a los usos pequeños y a las gentes, por así decirlo, pequeñas, pero, de todo aquello, con los años, apenas quedaba nada porque todo en el barrio se había echado a perder: se había marchitado, podrido. Recuerda...
Lo somni del mestre
los alumnos siguen escribiendo «in media res» con la bizantina, venía diciendo, cuando le llegaron voces que faltaban a su reputación como hebraísta: que si componedor de villanías, que si le va grande el arte mayor, que si amigo de catalanes… Y miraba las manzanas del manzano...
La viuda y el gallo

Volviendo los muchachos del cole, se paraban a mirar en los jardines de la viuda. Buscaban un hueco entre las ramas del seto o trepaban a la verja de barrotes negros, muy prestos, hasta asomar sus cabezas por encima del...
Panorama del llano
Al viejo edificio se accedía bajando unas escaleras. Esto, desde la calle de no sé qué general. Un primer chorro de agua, en una fuente, te recibía llegando al rellano y un segundo tramo de escaleras te dejaba frente a una de las puertas de entrada. La...
Vida y obra de Ivan de Valachia

Cuentan que Berzebuey, de camino a la India, topó con un burro en el que iban montados un buhonero y un aprendiz de astrólogo que decían ser los pasantes del famoso Ivan de Valachia del que tanto hablaban los libros. Mucho lo había escuchado: «como nació enano...
Planto del ogro
Cuenta (un papel, entre las páginas de un libro) que el cabrero, un pastor muy niño, llegó con su rebaño al monte las voces una mañana temprano. Fue al pie de un peñasco, al retiro de su sombra, donde gravaba un pedrusco que había de servirle de...
Acto 35
Pared blanca.
Herida de alfileres. Puños.
Patadas. La mirada, sobre
todo los ojos.
Blanco de pared.
Blanco de sol. De sombra.
Blanco agotado. Dedos
cansados. Apretados.
Jettel que te quiero Jettel

Obras casi completas de Garcilaso de la Perra. Edición a cargo de Ernesto Barroso.
'Cause today I've found my friends...
Falsa elegía del verano del noventa y siete.
El duende de Gallifa

De la antología «Mala lluna. Recull de contes gòtics i altres fantasies», Sant Celoni, El molí vell, 2011.