VINT-I-TRES
L'Ausiàs s'havia vestit de gala per anar al sanatori. El director el rebé i li demanà qui volia veure. No vull veure ningú, vull que l'alliberi. A qui, si es pot saber? El Marquès. Aquell llibertí? Impossible, és un boig perillós. Qui ho diu, que és foll...
VINT-I-QUATRE
Fou bilis transparent, lluïa clara en el rostre de Freud com un relleu de lluna miasmàtica i mefítica, com si la veu se li hagués tornat una cremor de líquid que arrossega l’asprivor de la gola amunt i enfora, la seva veu vessada en el replà, encara...
VINT-I-DOS
S'ha acabat el gasoil. Tota la planícia cremada coberta de cendra i coberta d'un tel de neu i de glaç, tota la terra una extensió sense límits ni recer escampada de restes de cases esfondrades. Li tremolen els dits. Pensa aquella història que explicava l'avi d'un soldat...
3 de octubre de 1988
El Paco se había hecho daño en la mano buena, la mano de las pajas, porque se le había escapado la barra de hierro que hacía servir de palanca para forzar la puerta que había al fondo del pasillo de la planta baja del número dos de...
27 de setiembre de 1988
Después de que la mujer se tirara para abajo de la falda por segunda ó tercera vez, el Paco le pidió que tomara asiento, «por favor». Si no perdía de vista sus muslos de forma inmediata, sabía que no podría dejar de buscarlos con la mirada. Quieras...
El misterio de Sant Mena
Elegía de terror.
29 de noviembre de 1988
Cuando vuelves a casa del trabajo a las seis y pico de la madrugada, no reparas en si está lloviendo de verdá o si el suelo está mojado por culpa de la niebla. No te importa. Te da igual que haga frío o que la llovizna te...
6 de setiembre de 1989
—Algunas personas que desaparecen no las encuentran nunca.
—T'imaginas, chaval?
—Qué?
—Que no t'encontrasen. Que t'hubieras perdío y que, no sé, tío, que no t'encontrasen por algo, eh? Porque no podían o por lo que fuera, eh?
—Qué chungo, tío.
—Eso's lo que le pasó al niño ese, eh?
—Qué niño?
—El que...
15 de diciembre de 1988
—T'has quedao que ya no quedan gatos por la calle?
—Pero qué dices, tío?
—Lo que oyes.
—Es verdá, tío.
—El qué?
—Eso.
—El qué?
—Que la Montse me l'ha dicho, a mí.
—El qué, joder.
—Una cosa, tío.
—Qué Montse?
—Mi vecina, d'allí.
El David B. se apartó el bocata de la boca (uno de salchichón, muy...
8 de mayo de 1987
—Que no viene?
—No, déjalo.
—Vale.
Pero el Sergio L. no veía nada claro que el Sergio A. se quedase solo delante de la puerta del castillo de Sant Mena algunas tardes, después de la merienda y de jugar un rato. Vale que vivía cerca y eso, pero el...
DOTZE
Un altre cop a dins. La mateixa escala estreta i el mateix forat i la corrua de cotxets. Ara l'ascens s'havia tornat una davallada de vertigen arruant-se gola avall, una caiguda de graons costeruts, un descens a un passat desconegut a través del silenci planyívol de les...
SIS
Va agafar el mòbil, encara panteixant, doblegat sobre ell mateix, amb un braç a una paret qualsevol, una paret grisa i aspra de les moltes que havien construït a la ciutat. Va buscar el número del Manel. El va trucar directament. Va sonar dos, tres, quatre cops...
SETZE
Violador. Una avinguda frèvola d’hivern, somorta d’hivern, amb passes febles i perdudes. Violador. L’Anna Belloch, la mà oberta cobrint-se el rostre i els ulls amarats de llàgrimes. Violador. Tota la gent i el Ferran donant-li l’esquena i el rebuig incandescent entre els ulls enfonsats d’aquella múrria que...
CINC
Va perdre els ulls dins el mirall. Buscava vagament el seu propi rostre, però topava una vegada i una altra en les faccions contundents d’un pallús que se li assemblava tèbiament. Basculava a dreta i esquerra, com una barca, com unes onades petites endormiscades en un moll...
Historia del viejo del guardacantón
Folletín donde se narra la vida del podernita Bonaventura.
Historia del viejo del guardacantón II-V
Durmieron. La vaca les permitió soñar hasta bien entrada la mañana. El gallo, no. El gallo era estúpido y cantó lo suyo al rayar el nuevo día. Hiltrud se levantó de inmediato. Dijo algo que tenía que ver con el pequeño Hilventur y dejó de ser...
Historia del viejo del guardacantón I
Bonaventura nació pobre. Fue en una mañana de primavera, en los tiempos en que se levantaban fábricas para el provecho de los hombres en los arrabales de la vieja Poderna. Lo recibieron con alegría. De tan buen humor estaba su padre, que tuvo la ocurrencia de...
Muerte del viejo del guardacantón
Hace días que el viejo no está en el guardacantón. Después de muchos años, la esquina está vacía. Diría que sola. L'Aleix piensa, al pasar por su lado, que el viejo estará metido en su cama, tapado con mantas y con algo de fiebre. Le imagina una...
Historia del viejo del guardacantón II-VI
A primeros de año nuevo, cargó el carro de bienes de la granja de Hiltrud y partió en busca de la aldea más cercana:
—Waar?
—Volg het pad, Bonventur.
Y señaló hacia poniente:
—Ongeveer vijf leagues…
—Fai'ligues?
Y miró a la Griteta y la niñita se lo dejó mucho más claro:
—Això's molt...
La nena de la Porxada
Tots els dimarts una nena
apareixia a la plaça,
una minyona morena
que venia sens parada.
Al mercat portava cebes
i trenes d’alls o patates,
a la tardor moniatos
o també duia magranes.
Poca cosa que es venia,
aixís estava de magra,
i quan tot ja s’ho venia
als venedors ajudava.
Ningú del mercat sabia
d’on venia, on marxava,
prò sabien...
L'herald de la Garriga
No era l’herald més ràpid,| l’herald de la Garriga,
prò era sabut dels nobles| que al Vallès no hi havia
missatger més fiable| ni amb més gallardia.
Les dames dels senyors| en sabien les mides
i li feien l’ullet| i, fins i tot, carícies.
Un senyor molt gelós| de la seva bonhomia
va...
En Manelet, el curiós
En Manelet se’n va anar
als camps aquells on sembren
les sembradores del cérvol
un matí de primavera.
Ningú no gosava anar-hi
quan marxaven en filera:
“A sembrar només hi anem
les que’ns estem per casar.
Després vindran els mascles
i la terra els donarà.
Amb les banyes d’aquest cérvol
que la terra j’ha solcat;
amb les...
El forn de les bruixes
Era el forn de Sant Vicenç|allà al costat de la plaça.
Feien els millors croissants,|que millors no’ls fan a França.
A Mollet tots ho sabien,|a Mollet i a les contrades,
prò Forn de Sant Vicenç|la gent no l’anomenava.
Li’n deien Forn de les Bruixes|en honor de les germanes
que servien aquells dolços|i...
Libro de fábulas del maestro Miguelillo
Diálogos compuestos según el consejo del muy moledano poeta Pablo Sánchez Silva.
Fábula de la ardilla roja que no podía pagar
Es esta la fábula de la ardillita roja que, estando dormida, se desvela y decide que se va de casa porque no puede dormir más. Es la madrugada de otras noches, así que la ardillita roja...
Fábula de la hormiga y los sapos de la audiencia
En el reloj de la audiencia, a media mañana, pegan unos rayitos de sol muy buenos que dan mucho gusto y no poco sueño a quien los mira. La hormiguita, obrera de nacimiento, acude a su cita a la hora en punto...
Fábula de don Hurón y el burrico Manuel
Es esta la fábula de don Hurón que sale a la mañana al jardín con su sombrero de copa y se encuentra comiendo las sus margaritas al burrico Manuel que lleva malos pelos, pocas pulgas y la taleguilla sin...
Fábula del gato garduño que no quería trabajar
Es esta la fábula del gato garduño que se pasa las mañanas al sol, hecho un ovillo. No quiere trabajar por nada del mundo y esto, en el barrio, lo saben todas las palomas, por eso, cuando la urraca...
Noches en Poderna
Novela. Memoria de las pequeñas criaturas. Prosa de costumbres.
Las cavilaciones del bachiller Joan Pere
Desque el Guiraut abriese la boca para soltar aquello de «la Bertrana, si jo hi vaig, me fa una palla quan li dic versos d'amor», el bachiller Joan Pere se debate fuertemente sobre la quaestio en cuestión: ¿pandémica o celeste? Su amor hacia l'Aldonça es blanco, desde...
Diálogo del Cisco y en Fageda sobre la mujer de uno
—De vegades em miro la dona i penso què coi foto'mb ma vida que no me l'estic follant tot el puto dia…
—Què dius ara, noi?
Esto último lo pregunta el Cisco antes de darle una chupada larga y sentida al cigarrillo. En Fageda, a su lado, no acaba...
Diálogo de la azotea o La resignación de las feas
unos pocos escalones más, antes de abrir la puerta. Luego sale a la azotea y recibe todo el azul del cielo en los ojos:
—Quin dia, tu!
—Veritat?
L'Encarnació baja la vista a los tejados del barrio y, como se le antojan prosaicos de aburrimiento, se vuelve sobre sus pies...
El bachiller Joan Pere y la cabeza del salvaje Roc
porque hay calles en Poderna que sólo llevan cuesta abajo, como la vida misma. El bachiller Joan Pere querría subir por la antigua portalada, en dirección al convento de las beguinas, pero sus pasos no son suyos. Camina pensando si es preciso llamar recuerdo a la sensación...
CANTO XVII
Todo esto, a toro pasado, a trompeta
pasada, es un canto muy largo y amarrado
en los altares blancos, disparado entre solfas,
disparado en la diáspora de solfas y bemoles,
es el canto del bobo que olvida su cantar,
que se olvida de Malla, que se...
CANTO XXXIX
Como Novalis mira absorto una noche de dientes,
Hölderlin quema versos en la pira de Grecia
y Espronceda es un muerto, un cadáver en la plaza del pueblo.
Legión de Prometeos armados con cerillas
que se sube a los postes de la luz.
En un rincón cualquiera de Turingia Schopenhauer incendia contáiners...
CANTO XL
Mulop ha enterrado un aforismo pintado en una losa.
Ha abierto un hueco oscuro en el suelo del mundo
y ha enterrado su voz y sus estrellas.
Como Kafka ha enterrado su silencio
en un sombrío cajón del despacho,
Mulop ha sepultado gacelas y cipreses
en la tierra arcillosa de Moledo.
Roser abre el...
CANTO XXXVI
Las tardes ya se vuelven noche, tarde
a tarde, más angostas, sube un vino
por los muros verdosos de la tarde,
los pámpanos resecos de la tarde.
Malla maldice al gordo Abad que le ha
separado a sus hijos, los ha echado
a los caminos, en una diáspora
de su sangre y la sangre...
A vision of P
Va en busca de la imagen exacta, de los versos
auténticos, certeros, prepara la tormenta:
el descenso secreto a su inframundo.
Pero detrás del mono y de la cáscara,
debajo de los nudos de Jung y de sus vísceras,
encuentra el yo, osado, delincuente mental,
El canto de F
Hablas con Goethe en tu asilo celeste,
hablas con Goethe ahí sentado en una silla
vacía de tu cuarto,
una silla en tu torre hacia los dioses.
La sombra de Hiperión cruza por la ventana, cruza celeste, cruza
sin pie tu torre tu cuarto la silla
silenciosa de Goethe.
Dictas los versos, edades...
From P to C
Vendrá callada, sola, por la espalda.
Tendrá esos ojos que encontraste un día.
Se cerrarán las horas y los años.
Se acabará la noche en su piel blanca.
Alzará los talones un instante,
apoyando en mis hombros sus dos manos.
Un susurro, su voz, con...
El crimen de J
Los vecinos ya podan sus jardines como cualquier domingo.
No te habrán visto llegar a deshora
ni llevar hasta el sótano aquel bulto de lienzos
del maletero.
Ellos podan el césped bien temprano,
podan bien raso.
El barrio huele a brizna, todo el barrio bien raso,
mientras tú has terminado ya en el sótano.
La...
Égloga III
Noche cerrada, sudorosa y cálida.
Silvano y Gavilán en la penumbra
y de espaldas al mar, se van fijando
en las gentes que pasan de paseo
mientras esperan, con ansias, a Marco
recostados en hondas reflexiones.
GAVILÁN
Si hay que multar la contaminación
acústica, también la visual.
SILVANO
Tiene una órbita de canelones.
GAVILÁN
¡Arrg, s...
Égloga IX
Sobre los farallones de la cala
Varinia y Marco admiran los vergeles
submarinos, de erizos negros, de algas,
castillos de corales de Neptuno
y criptas de cangrejos ermitaños.
En la orilla, Silvano y Gavilán
juegan a palas monótonamente.
Sobre la arena pace Galatea,
labrándose un moreno que no llega.
MARCO
Fíjate en esa bola roja y...
Égloga V
Navegando en la calma del verano,
en el suave vaivén, en la dichosa
inmediatez del cielo, de la tarde,
los dos amigos, Marco y Gavilán,
flotando en una breve plataforma
con los pies remojados en las olas.
Los gritos astillados, a lo lejos,
de barcos y bocinas y gaviotas.
GAVILÁN
¿Cómo va con Varinia?, que...
Égloga XI
La cera pesarosa de la tarde callada
moquea por las blancas paredes en el cuarto
de Belona enclaustrada, y al punto (pegajoso),
se mete Galatea, que palpa en su figura
las largas, negras crines de alguna cruel enjundia:
un sobrepeso de algas le flota por los ojos
y el áspero fantasma de su...
Flor varia de leyendas
Odre viejo de cuentos. Postales del barrio.
La Llovera d'en Manolo
Ahí llega la vieja Llovera, la vieja hedionda y la vieja huraña, con su pañuelo en la cabeza y la escarcha de años en el mantón. Entra al nuevo siglo como un vestigio antiguo, como un pedazo de otro tiempo que abandona la corriente en la...
Soliloquio de la odalisca
[…] a una tarde sin apenas tarde, se abre el cielo sin mundo y los dedos de los pies; si mira entre ellos, puede ver el contraluz de cúpulas y minaretes… El dorado inunda el firmamento. El dorado, más dorado, cae dentro —rendido, cuando no agotado— sobre...
O. en quince años
es su pie desnudo — la luz del sol en la arena de la playa estalla alrededor (estalla en mis ojos): antes el autobús, una cinta de noventa con sepultura, el bocata de tortilla en bancos de parque, el pelo bonito de las niñas bonitas (me acuerdo...
Balada de la gitanilla
Pasada la medianoche, su hermana volvía a escabullirse por el ventanuco del carromato: salía del catre con cuidado de no despertarla, caminaba de puntillas hasta los postigos, que estaban al fondo de la habitación, y, después de abrirlos de poco a poco, saltaba fuera. Caía en silencio...
Algunas noches de julio
Incluye tres capítulos de «Los misterios del castillo».
6
Están sentadas en un banco de la plaza — la luz de la farola entre el verde de las ramas de dos falsas acacias; los columpios en sombra, muy quietos; la fuente grande abandonada a su silencio monumental; la pequeña, a un chorrito de agua, a un...
5
Número 30. Mensual. 125 PTS. La pintura (casi fotografía) de la hembra ocupa todo el alto de la portada. Aparece de frente, de tres cuartos, vestida con un corsé y unas braguitas no mucho más blancos que la piel de su cuello, hombros o pecho. No...
4
Le da los números de octubre-noviembre del 79 (los deja en la cama) y busca entre los vinilos de la estantería — más de cuarenta. Está todo Metallica: del Kill'em all al black álbum; está Maiden, Testament y las Peel Sessions de Napalm Death.
—¿Te ha molado?
Hace que...
3
Nueva entrega de la colaboración especial entre los maestros de lo fantástico J. J. Plans (Gijón, 1943), periodista, escritor y presentador de radio, y J. Boix (Badalona, 1945), artista polifacético, autor de las historias Penny (1975), La cautiva de Zork (1976) y La boda de Monique...
Llibre dels homes
Edición castellana del «De Omine o Llibre dit dels homes», Poderna, Josep R., sine nomine et sine die, a cargo de Ernesto Barroso.
Faula de l'unicorn i la bagassa
erda de muntanya no pudor» sentencia, nada más verla con el pie hundido en la boñiga; la mujer, carita de niña (niña enfurruñada), restriega con más aversión que vehemencia la suela de su zapatilla (en exceso escotada) contra el musgo tierno, más verde, de un pedrusco cualquiera...
El replà
ostróse, no más» dijo. «Iba yo, venía ella… ya sabe usté cómo es ella… Traía, así, dos botellas de leche tibia, leche rebosante, y, nada, cruzamos las miradas y, en las miradas, como podrá imaginar, había algo más que mirares… Fue entonces que dejó las botellas en...
L'hort dels bells fruits a la tornada
la su mano. Mira, sigue mirando, y sorprende su mano sobre la lisura del pecho (la piel, el esternón y las costillas, que no las tetas) y es la mano de un viejo. No es ya la mano inquieta del chaval que hurgaba en los portales...
La font de l'escala
onsumados, el uno en brazos del otro, yacían más tranquilos, más hermosos. Ya fuera en la huerta de frutos abotargados o en el pajar, departían sobre el amor — preferían, con todo, su escondite en la dehesa, cenador natural entre fresnos floridos, donde murmulla la fuente el...
En los bosques y peñas de Corcó
En los bosques y peñas de Corcó,
en el arrullo verde de su fronda,
follamos levantando a cada rato
la cabeza, por miedo a que nos vieran.
La afanosa bajada por la roca
aferrando las manos en los troncos
o apoyando el descenso en las...
Mañana
Hoy soy alegre porque sí, por ganas.
Mañana pisaré de nuevo el suelo.
¡Mañana! ¡Hoy enorme gozo último!
Últimas músicas. Últimos besos.
Devuélveme en tus brazos el crepúsculo,
ardan las naves, quememos el cielo.
Soplemos las estrellas de ceniza,
deshojemos las horas de lo eterno.
No...
La bóveda
Orión tumbado sobre las antenas
—me dijiste con esos ojos tuyos
de maullido nocturno—.
Se ha quedado dormido y esas ninfas
le han robado la espada.
A duras penas pueden entre todas.
¿Las puedes ver ahora, en el carro?
Descansan. Tienen que tener cuidado,
se puede...
El andamio
Yo me crié debajo de un andamio
escuchando poemas descarnados,
maravillado de vuestra honradez.
Yo empecé como muchos empezaron,
como empezaron ellos sin saberlo,
desahogando pasiones con palabras,
levantando fachadas de papel,
encofrando metáforas antiguas.
A mí también me gustaría estar
borracho para verlas doblemente
Nosotros. Ellos.
Textos para una casete ochentera de grindcore.
Acto 2
Desasosiego y sábanas.
Por favor. Unas gotas
en el suelo. Exacto.
De noche la calle.
Calla.
Soy un hombre razonable.
Acto 69
Apagada
la luz permite el
recuerdo de las partes
de su cuerpo en la alfombra
—movimientos referidos
tardíamente.
Acto 6
El cadáver de una mosca.
Nadie tiene intención de recordar
cincuenta y tres años. Obrero
o nostalgia de mecanismos
que se agotan. De la luna
a través de los cristales
del sótano.
Acto 27
El
vigor
del blanco
en muros ante
la agonía de
horizontes:
Cielo moribundo
cruzado de cables
negros o luz en el
vaso sobre la
mesa:
La sed
ciega las
letras.
Jettel que te quiero Jettel
Obras casi completas de Garcilaso de la Perra. Edición a cargo de Ernesto Barroso.
'Cause today I've found my friends...
Falsa elegía del verano del noventa y siete.
El duende de Gallifa
De la antología «Mala lluna. Recull de contes gòtics i altres fantasies», Sant Celoni, El molí vell, 2011.